lunes, 5 de octubre de 2009

Un rebost ben complet

Da gusto tener donde elegir. Que si nos apetece dulce, pues podemos elegir galletas o chocolate negro, fruta o tostadas con mantequilla y merme o mira tú por dónde incluso un capuccino. Pero si nos apetece salado podemos elegir muuuchas más cosas, diferentes panes con los que hacernos bocatas, pizzas, bikinis, ensaladas, palomitas (ensalada + palomitas + salsas = comida típica danesa) arroces, pasta y los que nos venga en gana porque con todas las latas de tomate que vamos acumulando (cada vez que vamos al fakta, nos traemos una jejee) podemos preparar lo que le apetezca al vikingo más sibarita.
Ayer preparamos dos tortillas de patatas, una para nos y la otra para nuestras caseras. Se la hicimos porque nos caen bien y son muy majas pero oye si gracias a esta tortilla conseguimos algo pues, no vamos a decir que no! Le dimos una sorpresa bastante agradable y hice el gesto de que estaba buena antes de comerla y además dijo que éramos muy sweet jejeee! Teniendo en cuenta que el único utensilio que nos era práctico para darle la vuelta a la tortilla era la bandeja del horno... no se desmontó mucho, no.
Ahora estamos a la espera de su sentencia: si nos devuelve el plato limpio limpio quizá es que sí que les ha gustado y nos contratan para que seamos su catering personal e intransferible (o quizás es que ha sido el perro quien se la ha comido y luego ha lamido el plato, quien sabe...).

Por cierto, tenemos más conclusiones sobre los daneses: están locos. Sí, no hay más vueltas que darles, se les va la pinza un huevo. Hemos sacado la brillante conclusión (de dicha conclusión) de que es el viento lo que los vuelve majaretas. Y ya está. Y creo que este viento no sólo vuelve tarumbas a los locales... creo que a mi companyera Menda hay que ingresarla en un manicomio, pero no se lo digáis todavía. Por mi parte, no creo que haga falta decir lo bien amueblado que está mi coco...

No hay comentarios:

Publicar un comentario